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Los tiempos actuales nos obligan a aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos, dado el elevado costo que representa adquirir una vivienda. Por ello no debemos tomar a la ligera la importancia de una adecuada planificación si hemos decidido emprender la gratificante, pero muy ardua tarea, de remodelar la nuestra.

En nuestro país hay infinidad de casas que han sido objeto de adecuaciones en las que se han invertido cuantiosos recursos materiales y económicos, los cuales en lugar de haber contribuído a una mejoría en su aspecto funcional y estético sólo han logrado deteriorar y menguar su valor por haber carecido de una adecuada planificación y asesoría.

Para que a ti no te pase lo mismo queremos ayudarte a hacer unas reflexiones previas:

1.- Reformar o comprar

Sopesa si realmente merece la pena invertir en la reforma de tu casa o quizá sea más adecuado comprar una nueva. Hay que tener en cuenta el barrio, las comunicaciones, las posibilidades, los amigos, el trabajo, y en fin, todas las circunstancias personales.

2.- Recursos económicos

Piensa en las diferentes alternativas de financiación. Ten en cuenta que no hay que pensar solamente en los gastos de obra sino también en los relacionados: electrodomésticos, cortinas, muebles, mudanza, etc.

3.- Necesidades presentes y futuras

Si, después de esto, has decidido reformar debes meditar profundamente cuáles son tus necesidades no sólo de ahora, sino las futuras. Una reforma requiere un considerable esfuerzo y no se hace todos los días. Se calcula una media de aproximadamente 15/20 años, piensa todo lo que puede suceder en ese tiempo.

4.- Distribución, aprovechamiento, materiales y acabados

Medita cuál podría ser la distribución más adecuada para cubrir esas necesidades, qué quieres aprovechar de lo que tienes actualmente y que materiales y acabados te gustarían o te convendrían más.

5.- Vivienda alternativa

Si vas a hacer una reforma completa no puedes vivir en tu casa mientras se realiza. Debes pensar siempre en una posibilidad alternativa.

6.- Tiempo disponible

Hay que ser realista. Necesitarás, dependiendo de la envergadura, al menos tres o cuatro meses para que tu obra haya finalizado.

Ahora, con todo esto meditado, ya puedes empezar a planificar: investiga, lee, pregunta, asesórate y dedícale mucho tiempo.

Pero, si lo que de verdad deseas es sacar el mayor provecho de tu espacio y tus recursos, no cometas el error de pensar que por ahorrar unos euros puedes prescindir de una asesoría profesional. Al contrario, aparte de ahorrarte todos esos quebraderos de cabeza, tendrás la completa certeza de que habrás aprovechado al máximo las posibilidades de tu casa, mejorado su imagen e incrementado en gran medida su valor.

Consejo enviado por: Sara Peláez | Reformatucasa.biz



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